Los mercados emergentes disfrutan de unos fundamentales robustos y unas valoraciones poco exigentes, y es probable que los recortes de tipos en EE. UU., que se espera que comiencen en algún momento de 2024, los respalden.

Tras obtener una buena rentabilidad en dólares estadounidenses el año pasado, creemos que hay muchas posibilidades de que las acciones y los bonos de dichos mercados superen a los de las economías desarrolladas en 2024.

La historia ha demostrado que los mercados emergentes y asiáticos tienden a superar a los estadounidenses cuando la Reserva Federal (Fed) recorta los tipos. Esto se debe a que, además del apoyo político, su potencial de crecimiento y beneficios es mayor, sus valoraciones son más atractivas y a que en un ciclo de recorte de tipos están expuestos a divisas con mayor carry -es decir, la rentabilidad obtenida por mantener esas divisas- en relación con el dólar estadounidense.

Tres razones por las que es posible obtener mejores resultados

Algunos de los factores más importantes que han frenado a los mercados emergentes están empezando a remitir:
 

1. Crece la probabilidad de que los tipos de interés estadounidenses bajen este año

A pesar de la excepcional capacidad de resistencia de la economía estadounidense el año pasado, las expectativas de los mercados apuntan a una probable ralentización en el futuro. Habida cuenta de que la política fiscal tiene poco margen de maniobra para apoyar una desaceleración del crecimiento, dada la enorme deuda pública que soporta el Gobierno estadounidense, es probable que la Reserva Federal haga la mayor parte del trabajo bajando gradualmente los tipos de interés. Cuando esto ocurra, cabe esperar que el dólar estadounidense pierda parte de su fuerza en el mercado.

Esto es un buen augurio para las economías emergentes, muchas de las cuales tienen niveles relativamente altos de deuda denominada en dólares estadounidenses. Cuando los tipos son elevados, sus mercados se resienten. Sin embargo, los países emergentes cuentan ahora con posiciones por cuenta corriente y reservas más sólidas, lo que les ayudó a evitar otro «taper tantrum» desde que la Reserva Federal empezó a subir los tipos de interés [1]. En muchos países emergentes, la inflación se sitúa en los niveles deseados, por lo que varios bancos centrales ya han adoptado medidas de relajación monetaria y se están adelantando a la Reserva Federal.

 

2. Las valoraciones de los mercados emergentes son muy atractivas

La renta variable emergente cotiza actualmente a un PER de 14,4 veces, frente a las 19 veces de los mercados desarrollados. Esto implica que existe margen para que los mercados emergentes vuelvan a ser objeto de una rotación significativa [2]. En cuanto a la renta fija, el grado de inversión de los países emergentes ofrece una prima de diferencial de cerca de 50 puntos básicos con respecto a sus equivalentes de los mercados desarrollados, mientras que el alto rendimiento de los países emergentes ofrece una prima de diferencial de más de 125 puntos básicos con respecto a los de calificación similar de los mercados desarrollados. Esta situación se ve reforzada por unas perspectivas de crecimiento alentadoras. Según el Fondo Monetario Internacional [3], se espera que las economías emergentes crezcan a un ritmo medio del 4% en 2024, frente a sólo el 1,4% de las economías avanzadas. Esta evolución se explica parcialmente por el cambio en el destino del capital que se invierte en los mercados emergentes ricos en recursos.

Antes se invertía menos en los mercados emergentes, donde se encuentran muchas de las empresas que fabrican bienes tangibles. Sin embargo, esta situación está cambiando debido al aumento del gasto de capital como consecuencia de la reducción del riesgo de las cadenas de suministro. Esperamos que la diversificación de la cadena de suministro siga impulsando a los países emergentes al aumentar las inversiones extranjeras directas y la fabricación, al tiempo que respalda la recuperación de los beneficios nacionales.

 

3. Los inversores vuelven a fijarse en los fundamentales

Los balances de las empresas de los mercados emergentes han salido reforzados de la pandemia, lo que refleja la posición dominante que ocupan en sus mercados internos y regionales (e incluso mundiales). En el pasado, los inversores ignoraban empresas de muy buena calidad de los emergentes, tanto en renta variable como en renta fija, a causa de su país de origen.

En ocasiones, las calificaciones crediticias de los países emergentes están limitadas por el rating soberano de su país de origen, lo que contradice la fortaleza subyacente del emisor. Además, los acontecimientos de antaño han llevado a los inversores a rehuir el espacio chino de high yield a pesar de que existen empresas con beneficios robustos similares a los de las empresas de servicios públicos, balances sólidos y líneas de financiación diversificadas. La inversión en los mercados emergentes ofrece muchas oportunidades a los inversores que buscan invertir en empresas estables y de alta calidad a valoraciones poco exigentes.

 

Navegar por la incertidumbre

Independientemente de todas las oportunidades que se presentan, la inversión en los mercados emergentes nunca está exenta de riesgos potenciales. En nuestra opinión, en la actualidad hay dos factores que dominan todas las conversaciones: en primer lugar, China, que es la mayor economía de esta clase de activos, y, en segundo lugar, las próximas elecciones estadounidenses de noviembre.

China

La reapertura de la economía china el año pasado, que fue más lenta de lo previsto, y la persistente debilidad del sector inmobiliario contribuyeron en gran medida al sentimiento negativo de los inversores en torno a los mercados emergentes. Sin embargo, nuestras perspectivas para el país no han cambiado. Creemos que ha surgido una desconexión entre el sentimiento, como indican las valoraciones y los titulares, y lo que vemos sobre el terreno, especialmente en el espacio de renta variable.

Aunque China debe resolver problemas más profundos, en términos de políticas y de recuperación del crecimiento, la realidad sigue mostrando que se trata de un país enorme con una de las mayores bases de consumidores del mundo. El ahorro de los hogares se mantiene en niveles récord, y un giro en la confianza podría desencadenar una oleada de gasto creciente. En algún momento, el pesimismo hacia China alcanzará su punto álgido, ya que sigue siendo el principal mercado de valores más barato del mundo, en comparación con la historia y en mínimos históricos en comparación con Estados Unidos.

Elecciones presidenciales en Estados Unidos 

La otra incertidumbre a la que se enfrentan los mercados emergentes es el resultado de las elecciones estadounidenses, ya que tendría implicaciones por las conexiones existentes en el ámbito comercial. Creemos que hay que esperar y ver, pero también invertir en empresas que puedan resistir sea cual sea el resultado, es decir, compañías cuyas vías de crecimiento sostenible a largo plazo no se vean obstaculizadas por la política estadounidense. En este sentido, las sociedades de los mercados emergentes se han fortalecido en los últimos años y su acceso a la financiación se ha diversificado, con la aparición de muchas entidades financieras locales en el mercado.

Conclusiones

Creemos que los mercados emergentes pueden superar a los desarrollados en 2024, ya que muchos de los factores que han frenado a esta clase de activos, como los elevados tipos de interés, están remitiendo progresivamente. Desde la deuda corporativa de los mercados emergentes hasta el mercado de bonos indio, pasando por las acciones de crecimiento y generadoras de rentas, las oportunidades se extienden por toda la clase de activos.